lunes, septiembre 30, 2019

 

El tesoro maldito de Forrest Fenn


(Un texto de Picos Laguna en el Heraldo de Aragón del 19 de agosto de 2018)

Cuatro personas han muerto tratando de localizar el cofre con joyas valoradas en 1,7 millones de euros que un rico excéntrico dice haber ocultado en las Montañas Rocosas. El plano es un poema encriptado.

En algún lugar de las Montañas Rocosas, puede haber un cofre del tesoro valorado en 1,7 millones de euros. El hombre que dice haber escondido esa fortuna en la escarpada cordillera que secciona de norte a sur Estados Unidos a través de cuatro estados -Montana, Wyoming, Colorado y Nuevo México- y 1.600 kilómetros es Forrest Fenn, un vecino de este último estado, expiloto de combate de Vietnam y marchante de arte, de 87 años.

El ex- céntrico multimillonario presume de la que unas 350.000 personas han salido en una suerte de expedición a buscar el deslumbrante cebo, aunque Ignora cuantos se han acercado siquiera a él. «Podría encontrarse mañana o dentro de mil años», dice divertido con su juego, que ha costado ya la vida a, al menos, cuatro expedicionarios.

El primero fue un tal Randy Bilyeu. Según contaría después su· afligida esposa, se obsesionó con el tesoro después de ver al anticuario en un programa de la televisión. «Encontraré tu tesoro o moriré en el intento», le juró por email poco antes de mudarse de Florida a Colorado para entregarse en cuerpo y alma a la misión. Cuatro meses después, desaparecía tras intentar cruzar el río Grande en una pequeña balsa que había comprado en Wal-Mart. Sus restos aparecieron algún tiempo después cerca de Taos, Nuevo México. Desde su trágico fallecimiento, otros tres buscadores -algunos dicen que cinco- han perecido en las Rocosas. Se trata de Jeff Murphy, de Illinois, que cayó desde un risco de 150 metros en el parque nacional de Yellowstone; del pastor de Colorado París Wallace, de 52 años; y de Eric Ashby, un joven de 31, recientemente trasladado a ese estado, que apareció completamente desfigurado en un río.

LA PISTA EN UN POEMA. La herramienta principal de orientación que Fenn ha proporcionado -a través de Instagram- es un críptico poema de veinticuatro líneas que incluyó en su autobiografía 'The Thrill of the Chase' ('La emoción de la búsqueda'). «Comience allí donde las aguas cálidas se detienen y tome el cañón hacia abajo; no muy lejos, pero demasiado lejos para ir andando. Sitúese debajo de la casa de Brown; desde allí no hay lugar para los tímidos. El final se está acercando. No habrá que remar en el arroyo. Solo pesadas cargas y mareas altas. Si ha sido sabio y encontrado el fuego, mire rápidamente hacia abajo, su misión está a punto de acabar», reza uno de los extractos del acertijo.

Tras los cuatro fatídicos accidentes registrados en las Rocosas, las autoridades han pedido a Fenn que detenga el juego. Se ha negado en redondo. A cambio, ha difundido algunas pistas adicionales sobre la localización del tesoro que «ayudarán a los buscadores a mantenerse seguros y a salvo». «El cofre no está bajo el agua, ni cerca del río Grande. No es necesario mover grandes rocas, ni subir o bajar abruptos precipicios», ha escrito en las redes. «Recuerden que tenía ya alrededor de 80 años cuando hice dos viajes con mi vehículo hasta el lugar donde lo escondí», agrega.

A este octogenario de ojos claros, titular de una impresionante colección de ropas y utensilios de numerosas tribus indígenas -se jacta de tener nada menos que la pipa de Toro Sentado y de haber vendido piezas a Robert Redford y Michael Douglas-, se le ocurrió la idea de montar su propio juego de 'La búsqueda del tesoro' después de una visita al médico en 1988. Le diagnosticaron una forma agresiva de cáncer de riñón. Pensando que le quedaba un telediario, fantaseó con un final que parece haber servido de inspiración a Steven Spielberg para filmar 'Ready player one', la historia de un anciano rico que decide dejar un rastro de pistas sobre su fortuna. Concebir el pasatiempo le resultó sencillo. Ejecutarlo le llevaría años, los que, asegura, se pasó escribiendo el enigmático poema. Una vez rematado, solo tenía que llenar el cofre. Eligió uno de bronce.

ZAFIROS Y RUBÍES. Según asegura el anticuario, contiene, además de una versión en miniatura de sus memorias, objetos de gran valor, como un brazalete con 200 rubíes y zafiros, garras de jaguar de oro macizo, un collar del siglo XIX de cristal de cuarzo y varias tallas de jade antiguas de China que «harán llorar a quien las vea». En total, 19 kilos de recompensa.

Su amigo el escritor Douglas Preston da fe de la existencia del tesoro, que atribuye a «una apuesta por la inmortalidad ». «Todos nosotros, como seres humanos, queremos hacer algo que perdure más allá de nuestras propias vidas y Forrest ideó una forma absolutamente increíble de hacerlo», resalta.

PERFIL: Veterano de la fuerza aérea de Estados Unidos, Forrest Fenn resultó dos veces herido en Vietnam. A su regreso se instaló en Santa Fe (Nuevo México), donde se hizo un nombre en el mercado internacional como controvertido arqueólogo autodidacta y marchante de arte. Tiene 87 años.

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miércoles, septiembre 25, 2019

 

China y su estrambótica arquitectura

(Un texto de E.F. en el XLSemanal del 7 de octubre de 2018)

Si por algo destaca China es por sus extravagancias arquitectónicas. Ahora el Gobierno quiere regular la proliferación de estos edificios enormes y extraños.

La bota de Shanghái
El edificio L’Avenue de Shanghái y su forma de bota desataron todo tipo de críticas durante su construcción. Inaugurado en 2013 como sede de grandes marcas de lujo, además, fue un fracaso comercial. Resultado: en 2015 se vendió al fondo buitre Blackstone, el mismo que se ha convertido en el mayor grupo inmobiliario en España.

La fachada endiosada
El año pasado, China reguló la construcción de edificios ‘raros’. Y es que el país se ha convertido en un campo de pruebas para osados arquitectos a sueldo de millonarios con dudoso gusto. El gobierno critica la proliferación de edificios “enorme y extraños”, como el hotel Tianzi en Langfang, cuya fachada representa a tres dioses: Fu, dios de la fortuna; Lu, el de la prosperidad; y Shou, el de la longevidad.

Es la cascada artificial más grande del mundo: 108 metros de caída de agua en un edificio de la ciudad china de Guiyang.

El espectáculo contribuye a la promoción de este rascacielos, sede de un hotel,un centro comercial y oficinas, pero también tiene sus críticos. La razón, el ruido que provoca, aunque no es un padecimiento habitual: se activa solo media docena de días al año. Hacerlo cuesta, además del agua, 120 dólares a la hora en la factura de la luz.

 

 

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sábado, septiembre 21, 2019

 

Absurdos modernos y ‘buenistas’


(La columna de Carmen Posadas en el XLSemanal del 12 de febrero de 2017 -publicada con el título de "No me eches una mano que me la echas al cuello-. Ejemplos de cómo se extiende la epidemia de estupidez por todo el mundo.)

Dicen que una de las razones más paradójicas de por qué Trump ha llegado a la Casa Blanca es por ser el adalid, el paladín, el archicampeón de la incorrección política. Sostienen los sociólogos que son muchas las personas que aprecian -aunque posiblemente no se lo confiesen ni a sí mismas- que alguien diga lo que ellas piensan sobre temas espinosos como la inmigración o el conflicto racial, por ejemplo. Pero también sobre otro largo etcétera de temas declarados tabú por esa sociedad biempensante que hace que uno camine pisando huevos para no ofender a nadie, no sea que lo tachen de xenófobo, homófobo, sexista, machista, antisionista, antianimalista, de anti… (rellénense los puntos suspensivos con el laico pecado de turno, sea cual fuere). El año no ha hecho más que empezar y ya tenemos nuevas aportaciones a la mentalidad buenista que nos infesta. En la Universidad de Londres, por ejemplo, el Sindicato de Estudiantes de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS) ha exigido que desaparezcan del programa de estudios Kant, Descartes y Platón, por ser filósofos racistas y colonialistas. En cuanto a los pensadores de la Ilustración, el Sindicato exige que se estudien solo si el alumno así lo solicita, pero dejando bien claro que fueron intelectuales colonialistas. Los estudiantes de Teología -y nótese que digo ‘Teología’- de la universidad de Glasgow, por su parte, han ido un paso más allá exigiendo a los profesores que se abstengan de mencionar a los alumnos contenidos que puedan resultar ofensivos o desagradables, como por ejemplo imágenes o referencias a la crucifixión. Mientras tanto en el mundo digital, Microsoft, después de recibir multitud de peticiones al respecto, decidió hace meses modificar sus emoticonos y emojis para «no herir sensibilidades». Ahora es posible, por tanto, elegirlos de colores que reflejen todos los tonos de piel existentes en el mundo, desde blanco casi albino hasta marrón muy oscuro, nunca negro, faltaría más, porque esa palabra no existe cuando se habla de razas. 

«¡Ostras!», comentaba el otro día un internauta en Twitter: «Me acabo de enterar de que he usado irresponsablemente emoticonos chinos amarillos durante años sin darme cuenta. Seguro que me cuelgan por los pulgares o me meten mondadientes bajo las uñas en justo castigo». Meses atrás, y a instancias de asociaciones pacifistas, Apple también decidió sustituir el emoji del revólver por el de una pistolita de agua. ¡Menos bang, bang y más fluss, fluss!, seguro que eso ayuda a acabar con la violencia en el mundo; mientras que para luchar contra la discriminación sexual, el usuario ahora puede utilizar un emoji en el que aparece una mujer practicando la halterofilia o vestida de bombera, también el de una familia formada por dos mamás y sus hijos. Pero, por favor, que nadie se ofenda, también existe el emoji de dos papás y sus criaturas. Mi noticia policorrecta favorita, sin embargo, tiene que ver con la Universidad de Granada. Ahí han inventado el calendario, o mejor dicho la ‘calendaria’, por la igualdad, feminizando los meses para que enero sea ‘enera’; febrero, ‘febrera’ y así hasta diciembre, donde no sé cómo han perdido la ocasión de llamarlo ‘dicihembra’, que hubiera quedado mucho más superguay. «Estamos luchando contra la desigualdad que engendra la violencia machista», explicó su responsable, y yo me pregunto: ¿que mayo sea ‘maya’ disuadirá a los maltratadores? ¿Sustituir el emoji de un revólver por el de una pistolita de agua acabará con la violencia? ¿Evitar que los alumnos se ‘contaminen’ con las teorías colonialistas de Kant y Platón los hará más inteligentes o sabios? Hay quien encuentra la corrección política irritante; yo la encuentro agotadora. Agotadora y absolutamente contraria a los intereses que intenta defender, porque lo único que se consigue con esta perversión grotesca de una idea inicialmente buena es que la gente se la tome a chufla. Peor aún, que genere una corriente contraria en la sociedad como, lamentablemente, ha sabido detectar Trump en su camino a la Casa Blanca. Por eso, muchas gracias a los defensores de tan nobles causas, pero, en lo que a mí respecta, como mujer supuestamente discriminada, sometida, etcétera, por favor, no me echéis una mano, que me la echáis al cuello.

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lunes, septiembre 16, 2019

 

Las 'peores' vacaciones de tu vida


(Un texto de Ixone Díaz Landaluce en el XLSemanal del 22 de abril de 2018)

Poner a prueba a los viajeros más intrépidos y sobrevivir en islas y junglas remotas se ha convertido en la última tendencia en viajes. El pionero de este sector turístico emergente en todo el mundo es un aventurero español.

Pasarás frío y pasarás calor. Tendrás hambre y sed. Estarás expuesto a los elementos y a otras personas. «Es una experiencia brutal que te despojará de todas tus comodidades». Aunque cueste creerlo, la frase está impresa en el folleto de una agencia de viajes británica.

Claro que las vacaciones en cuestión no son el típico paquete de vuelo, alojamiento y régimen de media pensión en bufé libre. Consiste en pasar una semana en una isla desierta y sobrevivir a la experiencia. «No es para cualquiera. No es para quienes quieren una isla idílica en el paraíso (aunque la isla es preciosa). No es para aquellos que buscan unas vacaciones. Es para quienes quieren saber cómo reaccionarían en caso de desastre, para quienes quieren ver lo lejos que sus cuerpos y sus mentes pueden llevarlos», explica la página web de Pioneer Expeditions. Y esta solo es una de las empresas que está sabiendo adaptarse a las exigencias de una nueva tendencia global: el turismo de supervivencia.

Por un lado, este tipo de viajes (que no siempre tienen una isla desierta como escenario) promete la cada vez más ansiada desconexión digital. No hay ordenadores ni teléfonos (salvo para avisar de la pertinente emergencia) no hay wifi ni manera humana de que tu jefe (o tu madre) pueda localizarte. Y, desde luego, cubren una necesidad real y acuciante.

Según un estudio realizado por la agencia de viajes Pangea, al 60 por ciento de los españoles les resulta imposible desconectar en vacaciones por culpa de sus teléfonos móviles.

Pero esa no es la única motivación de este nuevo tipo de turistas. El otro gran aliciente consiste en poner a prueba sus capacidades y su resistencia física, pero también la mental. En el turismo de supervivencia, nada está garantizado: ni la comida ni el agua potable ni un techo bajo el que dormir por las noches. Ni siquiera la seguridad total de los clientes.

Todo eso forma parte de la experiencia. Puede sonar extremo e innecesariamente peligroso, pero es precisamente ahí donde radica su atractivo y donde consigue enganchar a aquellos viajeros adictos a las emociones fuertes.

El robinsón español
Curiosamente, una de las empresas pioneras de este sector turístico emergente nació de la idea de un español. Cuando Álvaro Cerezo cumplió 18 años, quiso convertir en realidad su fantasía infantil de vivir como un náufrago, pero no encontró ninguna empresa en el mundo que ofreciera estancias en islas desiertas. «Así que lo hice por mi cuenta. Busqué unas islas en la India y estuve allí un mes. Mi vida cambió para siempre». Cada año viajaba a una isla nueva mientras terminaba la carrera de Económicas. Tenía claro que no quería terminar sus días en una oficina y en 2010 volvió a hacer una búsqueda en Google y volvió a certificar que nadie ofrecía ese tipo de viajes. Para llenar ese hueco, Cerezo creó GoCastaway en 2011.

Su empresa ofrece dos modalidades de viaje (confort y aventura) en islas de Indonesia, Filipinas y Centroamérica. La primera opción es, esencialmente, una semana de vacaciones en una isla desierta para descansar y no ver a nadie. Es popular entre las parejas de recién casados que buscan una luna de miel diferente e incluye un alojamiento modesto sin luz eléctrica, pero con ducha, una cama y otras comodidades.
El modo aventura es otra historia. Básicamente, consiste en dejar a los viajeros solos en la isla (aunque supervisados desde la distancia) y que se las apañen como puedan para comer, encontrar agua o buscar refugio durante una tormenta tropical.

«Se trata de gente que se quiere probar a sí misma. Pero también hay personas apasionadas por las historias de náufragos, gente solitaria o muy excéntrica y hasta millonarios que no saben en qué gastarse el dinero y quieren probar cosas nuevas… Es gente distinta, desde luego», explica Cerezo.

Desde la mujer inglesa que le pidió urgentemente una isla desierta para que su padre, al que le habían dado dos meses de vida, cumpliera su sueño hasta Reikko Hori, la japonesa de 22 años que se convirtió en la primera náufraga voluntaria del mundo. Cada cliente tiene su motivación. «A los americanos les encanta la supervivencia, cazar, matar… Buscan el desafío. El europeo busca más la soledad, la evasión, la naturaleza…».

El lujo de sobrevivir
En realidad, el mayor reto de Cerezo y su equipo es dar con las islas, que por cierto están identificadas con nombres falsos en su página web para evitar que se conviertan en un destino turístico de masas. «Islas desiertas hay muchas, el problema es que el Gobierno de turno te permita realizar la actividad y que no haya pescadores faenando cerca». Otra opción es contratar seguridad privada para que nadie se acerque.

El grado de aislamiento lo escoge el cliente y eso repercute en el precio. Las islas más baratas (y más cercanas a la costa) cuestan unos 1500 euros por persona a la semana; las más aisladas (que requieren conexión vía satélite) pueden alcanzar los 6000 euros. En caso de emergencia, el equipo de GoCastaway está accesible 24 horas al día. «Hemos tenido algún susto, pero nada demasiado gordo. Algún cliente se ha puesto enfermo y hemos tenido que rescatarlo y alguna tormenta nos ha pillado en la mar». Eso sí, todos sus clientes deben firmar un contrato exonerando a la empresa de cualquier responsabilidad.

Pero la de Cerezo no es la única empresa que ofrece este tipo de servicios. Para Tom Marchant, cofundador de la agencia de viajes Black Tomato, estos viajes son una forma de «desconectar de la vida en casa, mientras te concentras en el momento. Aquí, el auténtico lujo es la experiencia; y la única distracción es una visión renovada sobre dónde estás, qué estás haciendo y adónde necesitas ir». Es decir, esa necesidad de vivir el presente de la que tanto hablan el budismo o el mindfulness.

Aventuras para viajeros intrépidos

Perderse en la jungla
La agencia británica Bushmasters te ‘abandona’ en mitad de la jungla amazónica de Guyana con un poco de agua y comida, un machete, un arco y unas flechas. Durante la primera semana, miembros de la tribu macushi te enseñan a construir un refugio, pescar o localizar agua potable. Después, el viajero se queda solo en la jungla.

El safari más salvaje
Con la ayuda de dos guías bosquimanos, los aventureros de la agencia Woodsmoke en el desierto de Namibia aprenden a encontrar agua, atrapar pájaros o pequeños mamíferos, reconocer el rastro de los animales salvajes o evitar insolaciones. Y todo, a pie.

Elige tu propia aventura
Se puede escoger el escenario (jungla, desierto, mar, montaña o latitudes polares) o dejar que ellos lo hagan por ti. La agencia británica de viajes de lujo Black Tomato ofrece viajes «para perderse» (get lost, en inglés) que se ajustan a la salud y la forma física de sus clientes. Los guías les dan un mapa, un kit de supervivencia, un par de consejos y se despiden de ellos, aunque en realidad velan en todo momento por su seguridad.

La isla de los… valientes
La propuesta de Pioneer Expeditions en el archipiélago indonesio de Toga parece idílica, pero en realidad se trata de una experiencia física y psicológicamente extrema. En grupos de cinco personas, los aventureros tendrán que aprender a encender un fuego, pescar, cazar, construir un refugio y convivir en armonía. Es lo más parecido que existe a un reality de supervivencia.

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