Vivir para ver...

(Leído en un texto de Marcos Iriarte en el suplemento económico de El Mundo del 7 de julio de 2013)

Como suena. Si no visitas a tu madre... multa por mal hijo. ¡Jóvenes emancipados del mundo, ya estáis yendo a visitar a vuestros padres! Si no lo hacéis, os puede pasar como en China, donde una nueva ley penaliza con multas, e incluso penas de prisión, a los jóvenes que pasan de sus progenitores. Se trata de una nueva ley, que entró en vigor el [1 de julio de 2013] y que pretende poner coto al problema de la soledad de los ancianos.

La norma, que establece que «las visitas deben ser «frecuentes», ha desatado las mofas de muchos ciudadanos en Weibo, la red similar a Twitter de China. Se cuestionan cómo va a hacer el Gobierno para comprobar que se cumplen esas visitas y qué es «frecuente». Pese a las lagunas, los abogados chinos recomiendan no tomárselo a chufla y aunque se viva lejos...

Ya solamente falta ver si funciona... y es que quizá en occidente deberíamos empezar a plantearnos algo así.

(Leído en la revista XLSemanal del 25 de octubre de 2015)

Por 55 euros lo tiene hecho. Ese es el precio de este peculiar servicio que ya funciona en Japón: una hora de  apoyo moral y palmadas afectuosas. Su creador, Hiroki Terai, lo ha orientado especialmente hacia las mujeres, para darles -explica- apoyos por el estrés adicional que tienen que soportar por ser mujeres. Ofrece por ello a las afligidas clientas sus ikemesos, término que aúna dos palabras: ikemen (‘guapo’) y mesomes (‘llorar’). Hay ikemesos guapos, macarras, intelectuales… todos, dice la empresa, capacitados en ‘llanto terapéutico’. Las clientas afirman quedarse liberadas del llanto contenido.