jueves, diciembre 25, 2014

 

Andar por la arena, ¿de verdad es tan bueno?



(Un texto de Cristina Uranga en la revista Mujer de Hoy del 17 de agosto de 2013)

Todo depende de si caminamos sobre arena seca o húmeda. “La primera es la que mayor esfuerzo supone y la que más molestias musculares a nivel de las piernas puede causar, debido a que no es firme y forzamos esas zonas al caminar”, explica María Casado, Wellness Personal Assistant del Hotel Barceló Sancti Petri (www.barcelo.com). “Por eso –añade– podemos llegar a notar sensación de sobrecarga en la zona de los gemelos u otros músculos o incluso en los tendones”.

También hay que tener en cuenta que la mayoría de las orillas de las playas tienen cierto grado de inclinación: “Eso obliga a forzar una pisada antinatural que puede desencadenar en sobrecarga, pero también en algo más grave, como una lesión por esguince de tobillo”, apunta la experta. Casado recomienda ir a caminar durante la bajamar, cuando la arena está más nivelada y dura. “Y no hay que olvidar que se trata de una actividad física, en la que la zona inferior del cuerpo trabaja con mayor intensidad, por lo que nunca podemos olvidar un trabajo final de estiramientos”.

Además, andar por la arena mojada tiene grandes beneficios que se relacionan directamente con el sistema cardiovascular. “Favorece su estimulación al contactar la piel con la arena y se renueva el flujo sanguíneo, lo que previene, por ejemplo, que la falta de retorno venoso hinche los tobillos o favorezca aparición de varices”, explica Casado. Eso sucede porque el sistema nervioso juega un papel muy importante en la zona plantar del pie, ya que pasan muchos nervios relacionados con las funciones vitales. “Es un importante catalizador de sensaciones, favorece la relajación y propicia un efecto sedante que libera estrés y facilita una buena expresión de las funciones vitales”, concluye.

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martes, diciembre 02, 2014

 

Ejercita tu cuerpo en el agua



(Un texto de Cristina Uranga en la revista Mujer de Hoy del 17 de agosto de 2013)

Hay muchas cosas que puedes hacer dentro y cerca del agua para mejorar tu forma física. Dedica 10 minutos al día a estos ejercicios que te propone el entrenador personal Raúl Quilón y volverás de las vacaciones con un cuerpo de escándalo sin darte cuenta del esfuerzo.

1. Dentro del mar, y en una zona que no hagas pie, coloca las manos en la cintura y haz elevaciones alternas de las rodillas al pecho. Hay que hacer tres series de 40 repeticiones cada una para que haga efecto. Fortalecerás piernas y glúteos.

2. Prueba a intercalar marcha y carrera en una zona donde el agua te llegue hasta el pecho de una manera uniforme. Camina 20 metros de ida y 20 de vuelta. Luego intenta correr. Haz una carrera de 20 metros, descansa 30 segundos y regresa, pero intentando correr. Haz un total de cinco carreras. Quemarás muchas calorías y endurecerás tu abdomen al luchar contra la resistencia del agua.

3. Apoyada en el borde de la piscina, haz aperturas laterales con la pierna estirada y el pie flexionado 90 grados. Quilón recomienda dos series de 30 a 50 repeticiones. En la misma postura, lleva primero la pierna al pecho y luego lánzala hacia atrás con una patada. Repite durante dos series de 30 a 50 veces.

4. Para mejorar el aspecto de la parte posterior de los brazos, los dichosos tríceps que son tan difíciles de endurecer, haz el gesto de salir del agua por el bordillo de la piscina a pulso cinco veces. Además, tonificarás el resto del cuerpo.

5. Si eres de las que juega a las palas en la orilla, hazlo dentro del agua, pero que te llegue hasta los muslos. Así sumarás la resistencia del agua a los movimientos de tus piernas. Mejorarás el equilibrio y tonificarás hasta la musculatura de los glúteos.

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