Vivir para ver...

De forma regular recibo por correo los titulares del "Daily telegraph", algunos de los cuales parecen sacados de una antología de noticias atípicas. Entre ellas, hace un tiempo recibí una compilación de algunas de las llamadas más sorprendentes -y poco relevantes, debo de decir- que se han hecho al servicio de emergencias británico. Y es que, según parece, una de cada diez llamadas realizadas no son precisamente "emergencias", lo que hace perder un tiempo y unos recursos preciosos.

Para intentar evitar estas llamadas "no urgentes", se ha decidido cambiar el saludo inicial del "999" de "¿Cómo puedo ayudarle?" por "¿Cual es su emergencia?".

Entre las supuestas emergencias notificadas a la policía del sur de Gales, se encuentra la de una mujer que llamó a los servicios de emergencia porque le faltaba una libra para el carrito del
supermercado. Otra de estas llamadas pedía a la policía que fuera a su casa para llevarse a su suegra, que ya llevaba 18 días en casa.

Las mascotas también son una causa de las llamadas a este servicio. Sin ir más lejos, una mujer llamó para que arrestaran a su novio por haber sacado a su hamster de casa, exponiéndole a la lluvia. También hubo una mujer que pedía consejo porque tenía un gatito en casa y "no sabía que
hacer con él".

Tras unas navidades "extremadamente ocupadas", durante las cuales han recibido un tercio más de llamadas que lo habitual, el servicio de emergencias ha pedido que solamente se llame al 999 en casos muy concretos. Esto es, cuando se esté llevando a cabo un delito, se esté usando la violencia, haya un accidente de carretera con heridos, o la carretera esté bloqueada. Los casos "no urgentes" deberían denunciarse en la comisaría local.

¡¡Vaya!! ¡¡Y yo que me había apuntado el número para cuando me faltase suelto para el autobús!!