Vivir para ver...

Desde hace un tiempo recibo en mi correo electrónico el boletín de
noticias de "periodista digital", un periódico que me encanta, ya que
recopila noticias de todo tipo y condición. Aunque no ocurre muy a
menudo, a veces incluso recoge noticias que parecen sacadas de "El Caso"
y que te dejan con la boca abierta.

El 3 de abril de este año, sin ir más léjos, encontré esta perla en el
correo:
"Muere durante una orgía en un burdel y su mujer demanda a las prostitutas"

Y es que claro, por muy apenada -o por mucho que pesen los cuernos-, la
pela es la pela. O, como decía mi abuela, de lo perdido saca lo que
puedas. La paisana, que declara haber quedado desolada tras enterarse
del fallecimiento de su esposo, exige una indemnización económica a las
prostitutas que lo acompañaron en su infidelidad. Leyendo la noticia no
queda muy claro si la desolación se debe al fallecimiento en sí o a las
circunstancias, pero desolada si que está.

Según parece, el marido -gerente de una compañía naviera de Amberes,
para más señas- sufrió un paro cardíaco en un burdel mientras se
encontraba con dos prostitutas, que lo habían estimulado con un cóctel
de drogas y champán. La indignada viuda, después de saber las
circunstancias del óbito, presentó una demanda en Bélgica acusando a
las dos mujeres de omisión del deber de socorro y reclamando casi un
millón y medio de euros. Su abogado declaró que la elevada indemnización
se calculó basándose en el salario del hombre, de unos 200.000 euros al año.

Creo que también era mi abuela la que decía lo de que las penas con pan
son menos penas. Y si les ponemos un millón y medio de euros, ¡ya ni se
cuenta!

Etiquetas: Cosas veredes