miércoles, agosto 21, 2024
Diez estúpidas maneras de morir por culpa de un 'selfie'
(Un texto escrito por Álvaro Hernández en El Confidencial del 4 de octubre de 2015. Queda claro que la estupidez humana no disminuye -no hay más que ver las noticias recientes- y que el narcisismo debería ser una categoría separada en los premios Darwin)
Las hay de todos los colores: por culpa de la electricidad, desde las alturas e incluso contra un inodoro. Las muertes provocadas por una autofoto son cada vez más frecuentes y, a la vez, más absurdas.
La obsesión por los autorretratos ha llevado al ser humano a demostrar su estupidez sin importar el lugar, la altura o las consecuencias: cualquier cosa vale para tener el selfie más original y sorprendente. Tanto es así que, en lo que va de año, la cámara frontal de los smartphones ha provocado más muertes que las peligrosas mandíbulas de los sanguinarios tiburones. Mientras que los escualos han acabado con la vida de ocho personas en este 2015, ya han sido doce las que han llegado al fin de sus días por culpa de un autorretrato.
En este amplio catálogo de muertes absurdas encontramos multitud de disparatadas situaciones. Cables de alta tensión, trenes, cuartos de baño y otros elementos se reúnen en torno al afán de dejar constancia de nuestro paso por el mundo para provocar las formas más estúpidas de morir.
1.- Posando cerca de unos cables de alta tensión
A sus 18 años, su manía por conseguir el selfie perfecto llevó a Anna Ursu hasta la estación de la ciudad rumana de Iasi para subir al techo de un tren y hacer desde esa altura una autofoto. Por desgracia, Ursu recibió una descarga de 27.000 voltios al acercarse a los cables de alta tensión del tren y entrar en contacto con ellos. Lo mismo le sucedió a un joven de 21 años de Andújar (Jaén), que rozó una catenaria al subirse a un tren para hacerse un selfi y falleció en el acto.
2.- Abriéndote la cabeza contra el váter
El culmen de las muertes absurdas por culpa de un selfie llega de la mano de Oscar Reyes, un joven que murió intentando recrear su autofoto más original. Colgado literalmente de la puerta del baño, con los pies apoyados en el pomo y una mano sosteniendo el móvil, el joven se resbaló y se golpeó la cabeza contra el inodoro, muriendo desangrado. El más difícil todavía le salió muy caro.
3.- Pegándose un tiro
Posar para un selfie con una pistola apuntando a tu sien no es una buena idea, sobre todo si accionas el gatillo para darle más realismo al asunto. Ya han sido varios los casos en que estas fotos han terminado con dos disparos: el fotográfico y el del arma. Si bien hay quien ha sobrevivido (al usar una pistola que dispara pelotas de goma), un joven mexicano acabó con su vida al dispararse a sí mismo en la cabeza.
4.- Convirtiendo el 'paloselfie' en un pararrayos
El 'paloselfie' se ha convertido en el peor enemigo para muchos: prohibido en monumentos, museos y estadios y luchando contra un duro competidor como el panoselfie, el dichoso instrumento para hacer autofotos ha llegado a provocar alguna muerte. Es el caso del hombre que falleció en el parque Brecon Beacons, al sur de Gales, por utilizar el 'paloselfi' en plena tormenta. El invento atrajo un rayo y su propietario acabó electrocutado.
5.- Arrollado por un tren
En realidad, darle uso a la cámara frontal de un móvil no tiene nada de malo. Sin embargo, en determinados lugares no es lo más aconsejable. Por ejemplo, en las vías del ferrocarril. Con solo 19 años, Varsha Alva no tuvo mejor idea que hacerse un selfie junto a las vías mientras volvía de una fiesta en Puttur (India). Sus cálculos a la hora de disparar la foto no fueron acertados y murió atropellada por un tren.
6.- Ahogado
El agua y las autofotos tampoco son buenos amigos. No porque pueda estropear la cámara de tu móvil de última generación, sino porque al prestar demasiada atención a lo que aparece en la pantalla del smartphone podemos no percatarnos de lo que sucede a orillas del mar. Esto fue lo que le ocurrió a una niña que fue arrastrada por las olas mientras se retrataba en una playa peruana. La violencia del agua la empujó e hizo que se golpease en la cabeza con una roca, perdiese el conocimiento y muriese ahogada.
Lo mismo que le ocurrió al bailarín georgiano Guiorgui Mshvenieradze. Pese a su corpulencia y su fortaleza, nada pudo hacer cuando perdió el equilibrio al borde de un embalse mientras intentaba hacer el que sería, a la postre, su último selfie. Cayó ladera abajo y las heridas le impidieron regresar a la orilla.
7.- Cayendo desde un puente
Una de las muertes más clásicas provocadas por un selfie es la que tiene lugar desde las alturas. Desde lo alto de un puente, un noveno piso, un acantilado o un simple balcón han sido ya escenarios de caídas mortales que empezaron con una inocente fotografía. Hacer equilibrismo y encontrar el mejor encuadre parecen no ser compatibles.
8.- De un infarto
Una variación de la caída mortal fue lo que se llevó la vida de un turista japonés en pleno Taj Mahal. El hombre, de 66 años, cayó por unas escaleras del imponente monumento mientras intentaba hacer un selfie. El sorprendente impacto le provocó un ataque al corazón que, finalmente, acabó con su vida.
9.- En un accidente de tráfico
Intentar hacer un selfie al volante es tan peligroso como cualquier otra distracción con el teléfono móvil de por medio. Una llamada, una aplicación o una autofoto pueden tener el mismo trágico final. Courtney Sanford compartió en Facebook el selfie que se hizo mientras conducía y, un minuto más tarde, la policía recibió la primera llamada que avisaba del accidente en el que Sanford murió.
10.- En tu primera cita
Cheynne Holloway recibió en Sudáfrica al que era su novio a distancia desde hacía un tiempo. Él, británico, voló hasta el país africano para poder conocerse en persona de una vez por todas y, obviamente, la ocasión merecía no pocos selfies. Un acantilado, una puesta de sol y una roca inestable fueron los causantes de una muerte que, si bien es la enésima variación de un fallecimiento provocado por una autofoto desde las alturas, al ser en su primera cita le añade un toque digno de mención. Podían fallar muchas cosas, pero a nadie se le hubiera ocurrido que fuera el selfie.
Etiquetas: Cosas veredes, Hay gente para todo