lunes, abril 30, 2018
Solo los camareros varones son aptos para atender a los grandes mandatarios
Aunque es una noticia del 2014 (concretamente la leí en El
País del 27 de marzo de ese año), la cosa sigue siendo igual de vergonzosa. Y
es que la empresa encargada de la comida de la Cumbre Nuclear de Holanda optó
por tener solamente camareros –si, si, ninguna camarera- para evitar “distraer”
a los 53 líderes mundiales. Esta panda deber ser fácil de distraer; o al menos,
más fácil que el resto de los delegados y participantes en el evento, quienes
sí tuvieron camareras entre el servicio que les atendió.
Hans van der Linde, el dueño de la empresa de ‘cáterin’
encargada del servicio y dueño de la desafortunada idea, optó por la
“uniformidad” de sexo del equipo. Si fuera del país la decisión resulta cuando
menos ‘molesta’, dentro ha desatado gran polémica ya que Holanda es un país bastante
respetuoso con la igualdad. Y aún “canta” más el hecho de que las camareras sí
pudieron trabajar en las mesas del resto de las delegaciones de los mismos
países.
Según parece, los organizadores habían pedido “una imagen de
uniformidad” para los camareros, en sentido amplio. En manos de Van der Linde
quedaba la interpretación del calificativo. También podría haber reclutado un
compacto grupo de camareras, pero, en su opinión, “el personal debía ser
reservado hasta casi pasar desapercibido”. Como el hombre no sabe estarse
callado, aún metió más la pata: “Y si añades tres rubias platino a un grupo de
20 hombres, la imagen que queremos dar se estropea”. Curiosamente, su primera
propuesta fue mandar solo camareras al almuerzo vestidas con un ajustado
vestido azul (supongo que entonces daba lo mismo tener unas cuantas rubias
platino). El Ministerio de Exteriores dijo que no, y buscó otra fórmula.
La solución fue hacer que a esta mesa la atendieran
solamente camareros de 25 años vestidos de pantalón y chaleco oscuros con
camisa blanca. La compañía Protocolbureau – que debería
estar vetada a partir de ahora-, también involucrada en la gestión de la
Cumbre, argumentó que la elección pudo deberse también a un intento de no
distraer la atención de los líderes. Una sugerencia cuando menos curiosa, ya
que junto a los grandes (hombres) de la tierra, se sentaba la canciller
alemana, Angela Merkel, y colegas como la primera ministra danesa, Helle
Thorning-Schmidt, la presidenta lituana, Dalia Grybauskaitê, la primera
ministra noruega, Erna Solberg, la presidente surcoreana, Park Geun-hye, o la
ministra surafricana de Cooperación, Maite Nkoana-Mashabane. ¿O es que a ellas
no podían tal vez distraerles los jóvenes uniformados que servían su comida? ¿Son
los hombres tan fácilmente “distraibles”?
Otra explicación que ha dado Procolbureau –cubriéndose de
gloria; la verdad es que se habían levantado mal esa mañana- es que, entre los
líderes, había representantes de países árabes. “Ellos entienden los diferentes
estándares occidentales y Holanda es, a su vez, un país que sabe adaptarse
rápidamente”. Lástima que los árabes no sepan adaptarse, entonces…
En fin, que hay algunos que todavía no han superado la fase
de la cueva. ¿Lo peor? Que lo demuestran.
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