sábado, marzo 03, 2018
Baarle, un pueblo entre dos países
(Un texto de Carlos Prieto en elconfidencial.com del 1 de
noviembre de 2017)
[…] la ciudad belga de Baarle-Nassau
[es] la frontera más disparatada del planeta. La ceremonia de la confusión
definitiva...
“Baarle-Nassau y Baarle-Hertog son
dos aldeas que están dentro y al lado de la otra. Hay veintidós fragmentos de
suelo belga (Baarle-Hertog, 2.306 habitantes) dispersos de forma irregular en
territorio de Holanda, dentro y alrededor del pueblo holandés de Baarle-Nassau
(6.668 habitantes), y ocho partes de Baarle-Nassau que están dentro de los
fragmentos belgas. Algunos tienen forma de bloques, pero otros son como criaturas
larguiruchas provistas de tentáculos largos y retorcidos", explica el
geógrafo británico Alastair Bonnett en ‘Fuera de Mapa’, ensayo sobre territorios insospechados, fronteras absurdas y
secesiones surrealistas que publica ahora Blackie Books.
"El enclave más grande de Baarle tiene 1,54 kilómetros
cuadrados y el más pequeño, un campo vacío, tiene 2,6 kilómetros cuadrados. De
los doscientos sesenta enclaves que existen en el mundo, un 12 % están en Baarle y
alrededores”, añade Bonnett.
“Toda esta abundancia de fronteras implica que, cuando los
visitantes pasean por Baarle, nunca están seguros de en qué país están. Cuesta
no llegar a la conclusión de que ambos lugares comparten el mismo espacio. Así
es ciertamente como lo viví yo durante el lluvioso día de septiembre en que
visité Baarle, por mucho que me moviera siguiendo el mapa fractal de los dos
municipios. Aunque algunas de las fronteras
están marcadas con cruces blancas pintadas en el asfalto,
simplemente hay demasiadas para que resulte práctico señalizarlas todas. En una
franja de ciento sesenta metros de Kapelstraat, donde los visitantes abandonan
un enclave belga de gran tamaño para a continuación cruzar dos pedacitos
cercanos de Bélgica con forma rectangular, tuve ocasión de caminar en línea recta
a través de cinco fronteras nacionales en menos de un minuto”, describe
Bonnett.
¿Es Baarle territorio ideal pues para que estalle una guerra civil? Pues
no. Lejos de generar caos, la frontera artificial que agujerea Baarle cual
queso de gruyère tiende al folclorismo costumbrista...
“Baarle es un
lugar amable y perfectamente corriente, y sus habitantes se enorgullecen sin
ostentaciones de ser el único caso importante que queda en el mundo de problemas fronterizos medievales… Los
dos ayuntamientos han recurrido a la plétora de enclaves que hay en Baarle como
principal argumento para atraer turistas. En la actualidad trabajan juntos para
conseguir que la UNESCO declare los dos
pueblos Patrimonio de la Humanidad”, aclara Bonnett.
Resumiendo:
Baarle-Nassau y Baarle-Hertog como gran parque temático de la división
territorial, […]
Baarle es, en definitiva, una metáfora del nacionalismo reducido al absurdo.
No exenta de las inevitables dosis de picaresca...
“En Baarle, la tradición dicta que una propiedad pertenece
al país en el que está la puerta de entrada. Pero ¿qué pasa si la frontera
atraviesa la puerta? En ese caso, la solución de compromiso es que las dos
partes en que queda dividido el edificio pertenezcan a países distintos. Esta situación potencialmente complicada
no ha acostumbrado a durar mucho en Baarle por culpa de otra práctica local,
según la cual se pagan impuestos en el país donde se tiene la puerta de
entrada. Por supuesto, esto ha provocado que los vecinos que vivían en medio de
las numerosas fronteras de Baarle movieran sus puertas un par de metros para
situarlas en el país más barato”, zanja el ensayista.
Naciones que brotan
como setas
Lo crean o no, Baarle no es el caso más extraño que analiza
Alastair Bonnett en su libro. También hay sitio aquí para:
1)
Sealand: plataforma flotante de 550 metros cuadrados abandonada en aguas
internacionales (frente a la costa inglesa), constituida como Estado
independiente en 1967 (Principado de Sealand)
y que emite moneda y pasaporte propio. O la (micro)nación más pequeña del
mundo.
2) Islas remotas que aparecen y desaparecen debido a las
tormentas marinas y que generan tanganas territoriales cada vez que salen a
flote (la lucha entre India y Bangladesh por controlar el islote de New Moore).
3) Una isla fantasma del Pacífico (Sandy Island) que Google Earth no tiene claro si existe o
no.
Y así todo.
‘Fuera de mapa’ es, por tanto, un auténtico festín para los
amigos de las derivas folclóricas
de todo buen conflicto identitario que, como ya hemos visto las últimas
semanas, no son precisamente pocas.
Etiquetas: Cosas veredes