viernes, julio 25, 2014
Cancelación imposible
(Parte
de la columna de Isabel Coixet en el dominical de El Periódico del 1 de octubre
de 2013)
Por escrito, con mensajes, con ironía, con mails, este hombre intentó cancelar el contrato de su hijo sin conseguirlo, recibiendo únicamente respuestas automáticas, hasta que el caso salió a la luz pública en el 'Daily Mail' y numerosos lectores se sumaron a las críticas a la compañía, que se apresuró entonces a cancelar el contrato por miedo a la mala publicidad que estaba generando el caso. Los beneficios son lo único importante, aunque sea a costa de hundir un poco más en la miseria a un padre que acaba de perder a su hijo.
Las personas ya no importamos. Solo importamos en la medida en que somos consumidores. Y cuando dejamos de serlo, alguien tiene que pagar por nosotros, aunque sea un padre en pleno duelo.
Etiquetas: Surrealismo cotidiano