miércoles, febrero 06, 2013

 

Mensajes bomba: el día después

(Un artículo de Miss Dramas en Mujer de Hoy del 22 de diciembre de 2012)

El día después es muy duro. Una vez pasada la noche de euforia, revisando el móvil, aparecen llamadas a horas intempestivas, Whatsapps patéticos y hasta e-mails. ¿Cómo pudo ocurrir? Pues porque una es muy de expresar sus emociones por escrito, guardar un borrador y, contra todo pronóstico, buscarlo y enviarlo entre el tercer y el cuarto gin tonic. Así que los domingos me da por pensar que los fantasmas reaparecen, aunque lo que ocurre es que los he convocado con mensajes inocentes del tipo: “¿Qué haces? ¿Te aburres?” [enviado a las 3:50 a.m.]. O con otros más perversos como: “Tu novia es una chunga de manual. Me echarás de menos” [enviado a las 3:55]. Estos mensajes les llegaron a sujetos diferentes y en noches distintas, pero el problema real es que fueron enviados.

La fusión nocturnidad + alcohol + teléfono amenaza mi vida social, por no hablar de mi dignidad y de cualquier posibilidad de ser admirada como una diosa inalcanzable. Al final, todos deberíamos aspirar a convertirnos en seres celestiales para aquellos que nos han rechazado. Para ello, hay que mantener las distancias, y en ese camino cualquier intento de comunicación que tenga lugar después de las 21:00 horas es un paso atrás. Como me veo incapaz de controlar mis ansias de comunicación con el prójimo a partir de ciertas horas de la noche, he buscado ayuda en el único aliado posible: mi teléfono.

Como una mordaza me ha funcionado la aplicación Designated Dialer. Se trata de bloquear los contactos de riesgo, aquellos números a los cuales bajo ninguna circunstancia querrás haber enviado un mensaje a horas improbables con contenidos de los que te avergonzarás. Cuando hayas bloqueado el número y en medio de la madrugada te dispongas a enviar el mensaje, el teléfono te mandará una alerta: “¡No debes hacer esa llamada!”. ¿No es maravilloso?

Y para mi incontinencia vía e-mail Google también ha diseñado un censor. El gran invento de Mail Google Lab consiste en hacerte resolver varias operaciones matemáticas antes de permitirte oprimir el botón de enviar. Esta opción se activa a partir de determinadas horas de la madrugada.

Luego está iDrunk, una aplicación para iPhone pensada para esas conversaciones larguísimas y sin sentido que mantenemos en las noches de los viernes y los sábados. La aplicación solo te deja hablar con los contactos que previamente has marcado como tus amigos del alma, esos que te aguantarán casi cualquier cosa. Guárdate de incluir en esa lista a cualquiera susceptible de convertirse en un ex o un jefe.

Lo último que he encontrado para casos extremos es el escarnio público. Quizás pueda detenernos ver con nuestros propios ojos qué tipo de mensajes suelen enviarse a altas horas de la madrugada. Esto es posible consultando la página web Text from last night (Mensajes de anoche) (www.textsfromlastnight.com). En este sitio, gente, quiero creer que escarmentada y arrepentida de sus conductas nocturnas, recopila los mensajes que nunca debieron ser enviados. El resultado, una galería de incalculable valor tanto antropológico como sentimental. Un espejo fiel de en qué nos convertimos pasadas las tres de la noche con teléfono y copa en mano.

Muchas carcajadas veo yo en esta página, también os digo. Igual es hasta divertido convertirse por una noche en un arma de exterminación masiva. Ahí lo dejo. 

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