martes, enero 05, 2010

 

La fuerza de un libro

Hace poco leía en una revista la nueva costumbre de los enamorados en Roma y esta tarde he podido leer más en la bitácora "Señales". No se si será una moda o qué, pero, imitando el gesto de los personajes de una novela de Federico Moccia, "Tengo ganas de ti", miles de novios llegan hasta las orillas del río Tíber en Roma y se encaminan hacia el tercer farol del Puente Milvio. Una vez allí, parados sobre el puente completo más antiguo de la ciudad eterna, los enamorados escriben sus iniciales sobre un candado y lo enganchan a alguna de las 24 columnas que las autoridades han tenido que disponer para preservar al encorvado farol y por sobre la espalda, a dos manos, arrojan la llave a las aguas del río.

Para los amantes de la estadística, "Te amo", con el 41%, es el grabado más popular seguido por "para siempre" con el 20%.

La idea de abrochar las promesas de amor en ese preciso farol del Puente Milvio se le ocurrió al escritor y director de cine italiano Federico Moccia, quien para darle un viso de realismo al gesto que hacía cumplir a los personajes en su novela, enganchó personalmente -pocas horas antes de que se publicara el libro- el primer candado escribiendo incluso las iniciales de los personajes. "Regresé una semana después de la publicación y vi que ya había colgados más de 300 candados... Me quedé sin palabras", declaró el autor. "Si alguno llegara hasta allí para comprobar -decía Moccia en declaraciones a BBC Mundo- se habría encontrado con el candado que de alguna manera era el símbolo de lo que acontecía en el libro...".

Tal fue la fiebre que generó el romántico rito, que los candados comenzaron a ser miles y el peso demasiado para el viejo farol que los sostenía, que acabó cediendo. El amor doblegó a la farola, y las autoridades debieron buscar soluciones para la pasión juvenil. Para ello las autoridades municipales decidieron colocar las 24 pequeñas columnas de hierro que, adornadas cada una por dos corazoncitos, enlazan las robustas cadenas en las que ahora se pueden enganchar los candados. Todo facilidades, como se ve.

Esta claro que todos los pensamientos no podían ser romáticos: Un par de ladrones, aprovechando la ventaja de un amanecer lluvioso y desierto cortaron los candados para venderlos al peso en una fundición cercana. La investigación duró pocas horas -¡alucinante!¿no había más delitos que investigar en toda la ciudad?- y encontrar los candados intactos resultó una fiesta para los románticos.

Federico Moccia todavía se confiesa sorprendido por cómo la gente se compenetró con el gesto de los personajes de su novela: "Es un fenómeno urbano que se ha transformado en una verdadera moda social. De improviso han empezado a aparecer candados en los vestidos de novia y también joyas (pulseras y collares con pequeños diamantes) en forma de candado". "Pero no sólo eso; en otras ciudades de Italia, varios puentes comienzan también a recibir candados. Muchas personas han querido demostrar su amor así", dice.

En fin, debo de ser una escéptica pero el caso es que sólo espero que lo demuestren también de otras maneras...

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