jueves, septiembre 03, 2009

 

Siguiendo al hippy ese

Seguir las instrucciones del GPS -o el "hippy ese", según quien te lo cuente- es una mina de anécdotas. Además de útil, es un cacharro divertido, y no hace falta más que mirar internet para darse cuenta de dónde lleva la fé ciega en el aparatejo(*). Como ejemplos, he aquí alguno a cada cual más sui generis.

En el primer caso, un conductor suizo terminó en las ramas de un cerezo al seguir la ruta sugerida por el GPS. Lamentándolo mucho, la ruta era peatonal y, después de ignorar varios avisos de "no entrar", su camioneta cayó en el árbol. Al intentar retroceder, destrozó dos postes de luz, una cerca, y claro, el árbol. Su "pequeño" error le costó 650 francos suizos. Esperamos que ahora aprenda a actualizar sus mapas, y a pensar antes de obedecer con ojos cerrados a esa atractiva voz femenina que suelen tener los navegadores.

Por otra parte, los hay que dejan los mandos del coche al piloto automático. ¡Lástima que aún no esté inventado!. Este fue el caso de un octogenario que, aparentemente, pensó que su navegador podría hacerse cargo del coche mejor que él mismo para llegar a su destino. Sin tener ni idea de por donde ir, el hombre debió de pensar que su sistema de navegación conocería mejor qué caminos y carreteras tenía que tomar. Tras ignorar descaradamente la enorme señal de "cerrado por obras", mandó el sentido común a freír espárragos y puso el sistema 4MATIC a trabajar para pasar por encima de "cierto número" de avisos y barreras en busca de su destino. Un portavoz de la policía indicó que "su viaje terminó cuando chocó con un montón de arena". Lo verdaderamente alarmante no es la confianza en la tecnología o los mapas inadecuados, sino que ni siquiera su mujer encontró una objección para meterse de cabeza en un montón de tierra. Hay veces que dos cabezas no son mejor que una...

Por último, se han dado casos especialmente sangrantes como el de el publecito de Luckington, en Gran Bretaña. Más de uno y más de dos conductores se han encontrado en medio del río Avon por seguir ciegamente las indicaciones del GPS que llevaba por un puente temporalmente cerrado por obras. A pesar de las señales de aviso a ambos lados de la carretera, los lugareños estuvieron toda la semana sacando del rio una media de dos coches por día. Cuando se les preguntaban, la respuesta era indefectiblemente que su navegador les había indicado que ese era el camino.

El río von no es el único destino de los "fieles seguidores" del GPS. Y si no, que se lo digan a una joven inglesa que, hace un par de años, envió su flamante Merceder SL500 al rio Sence (en Sheepy Magna, Leicestershire) cuando iba de camino a un bautizo. Ignorando las señales que avisaban de que el camino no estaba habilitado para vehículos a motor, la chica se metió en el rio ante los ojos atónitos de una vecina. Por si el rio no fuera suficiente, el río bajaba con fuerza debido a las lluvias de los últimos días, y el caudal mandó al automóvil unos 200 metros río abajo antes de que la señora pudiera escapar. Aunque ella consiguió salir indemne, su Mercedes no tuvo tanta suerte, hay que decirlo.

Mientras tanto, en el pueblo de Crackpot tienen que lidiar con conductores cuyos sistemas de navegación les llevan al borde de un acantilado de unos treinta metros de altura. ¡Casi nada, vamos! Hasta ahora han tenido suerte y no han tenido heridos graves, pero los conductores se han encontrado atascados en un sendero rocoso. "Es cuestión de tiempo que algo grave ocurra", declaró un residente.

(*) La fé ciega en cualquier cosa siempre tiene malas consecuencias, por cierto.

Comments: Publicar un comentario

<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?