Vivir para ver...

Supongo que todos los ciudadanos del mundo, alguna vez en su vida, habrán pensado "esto solo puede suceder aquí", aplicado a su propio país o a su propia región. Eso es exactamente lo que pensé cuando leí, ya hace tiempo, una noticia en la que se comentaba la detención de un tetrapléjico mientras conducía su camilla motorizada por una autovía. i, si, exactamente eso: una camilla en una autovía.

La noticia, publicada en El Mundo el 9 de mayo del año pasado, contaba como la policía local de Narón (La Coruña) no salía de su asombro cuando una de sus patrullas interceptó una camilla-silla motorizada en una autovía conducida por un tetrapléjico que manejaba el vehículo con la boca. El hecho ocurrió en la autovía que comunica Ferrol con Vilalba en sentido a esta localidad.

Según explicaron fuentes de la policía local de Narón (La Coruña), eran ya las 21 h (cuando la visibilidad era escasa) cuando una patrulla observó un "extraño" vehículo no homologado para su circulación por vía rápida que abandonaba la autovía. El 'vehículo' resultó ser una camilla motorizada que puede alcanzar una velocidad máxima de 20 km/h. Según parece, el "conductor" padece una parálisis en el 95 % de su cuerpo, por lo que necesitaba una camilla-silla motorizada para sus desplazamientos.

Las mismas fuentes de la policía explicaron que, cuando interceptaron al conductor, éste les explicó que "se había equivocado" en un acceso y acabó en la vía rápida. Añadía el artículo que, según diversas fuentes el tetrapléjico recorrió más de 3 kilómetros con su camilla antes de ser descubierto por los agentes. Lo mejor es que la página web de El Ideal Gallego informaba pocos dias después de que el hombre se dirigía a tomar unas copas a un club de alterne.

Mirándolo bien, ¿quién no se ha equivocado nunca en una carretera?