viernes, septiembre 05, 2008

 

Seguridad aerea

Desde hace unos años, concretamente desde el atentado contra las torres gemelas de Nueva York, viajar en avión se ha convertido en un paradigma del infierno.

Como la paciencia humana es enorme -aunque no infinita, que todo hay que decirlo-, cada vez admitimos más y más restricciones a nuestra libertad personal y aguantamos más ataques a nuestra intimidad.

Como muestra de lo primero, ya no podemos llevar más de un litro de líquido en el equipaje de mano, obligándonos a facturar y a perder horas y horas de tiempo enfrente de una cinta mientras cruzamos los dedos para verla salir cuanto antes y no enterarnos de que ha viajado más que uno mismo.

Bueno, vale, admitimos barco. ¡Qué remedio!

Pero lo que ya me parece demasiado es que a bordo de un avión, y a miles de metros de altitud, la idea de que una lata de arenques explote esparciendo todo su contenido sea para algunos un asunto de seguridad aérea.

Si, si. Aunque lei la noticia hace poco, parece ser que el artículo apareció en abril de 2006 en news.bbc.co.uk.

Viendo lo peligroso de que una lata de arenques estalle en pleno vuelo y pringue a medio pasaje -¿cual si no puede ser la peligrosidad de este artículo? -, varias aerolíneas solicitaron a las tiendas del aeropuerto de Estocolmo que suspendieran la venta del típico arenque enlatado, a la sazón plato nacional de Suecia.

Conocido en Suecia como Surstromming, algunos dicen que este producto huele a "podrido", pero para otros se trata de un manjar. Lo mismo que el cabrales, sin ir más lejos. El arenque se pesca en el mar Báltico en primavera y se deja fermentar en barriles por más de un año, generando gases con un aroma particularmente fuerte.

Con una historia que se remonta al siglo XVII, el Surstromming es considerado uno de los alimentos más finos de Suecia. Se sirve directamente de la lata sobre pan y se acompaña con papas hervidas, cebolla cortada en cuadritos y crema agria.

Volviendo al tema aéreo, las compañías aéreas creen que, si el proceso de fermentación continuara, podría ser peligroso llevar las latas a bordo. Llegaron a clasificarlas como una amenaza tan seria como un arma de fuego o un zapato-bomba. De esta forma, empresas como British Airways y Air France realizaron la petición de prohibir que el arenque enlatado sea llevado a bordo.

Así me gusta, sin exagerar ni nada.

Ofendidos, los productores del pescado catalogaron como ignorantes a quienes propusieron la medida, descartando la posibilidad de que las latas de arenque pudieran estallar a altura de crucero.

Admiten, no obstante, que un lata con un hueco podría generar angustia entre los pasajeros debido al fuerte olor concentrado en la cabina... Especialmente si se trata de un viaje largo.

No más que el olor provocado por un pasajero que haya comido fabada...¿Acabarán por prohibir que se coma fabada antes de volar?¿Impondrán un régimen de lechuguita a cualquier osado viajero que quiera coger un avión?

Sin embargo, a juicio del director de la Academia de Surstromming de Suecia, "cualquier compañía aérea preocupada por explosivos y aromas desagradables tendría que ocuparse primero de las botellas de champaña y el queso roquefort, antes de herir el orgullo sueco".

Finalmente, el diario británico The Guardian citaba al director del departamento de Comunicaciones Corporativas del aeropuerto de Estocolmo, Jan Lindqvist, explicando que no permitir la venta del arenque enlatado es "práctica". "No tiene nada que ver con terrorismo. Pero ciertamente, si una lata explotara en un avión, se necesitarían dos o tres días para limpiarlo".

Lo que yo pensaba: lo que les da miedo es el emplaste de arenque extendido por toda la cabina.

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