Vivir para ver...

Y es que, aunque todos sabemos que escribir mal es una forma pésima de venderse (además de la falta de respeto con el idioma que es escribirlo mal), a algunos lo de la otografía les ha traido más de un quebradero de cabeza.

Sin ir más léjos, el 2 de junio leí en un periódico que un error ortográfico llevó a prisión a un grupo de ladrones en Brasil.

Parece ser que siete ladrones intentaron ayer robar en un edificio residencial de Sao Paulo haciéndose pasar por empleados de una empresa de alimentación, para lo cual llegaron al edificio en un vehículo en el que aparecía escrita la palabra Impório, en lugar de Emporio.

Según fuentes policiales, los siete hombres, sospechosos de estar implicados en robos contra empresas de transporte de fondos, intentaban entrar en los apartamentos con el pretexto de entregar cestas de comida, vino y bizcochos con frutas como tapadera. Las sospechas policiales
tuvieron una clara confirmación al ver el rótulo mal escrito en el vehículo con el que operaban.

El periódico añadía el comentario del delegado de policía Ruy Ferraz, del Departamento de Investigaciones sobre el Crimen Organizado: "Desde el vista operacional, son muy buenos. Pero, desde el punto de vista gramatical, son pésimos".

Pobres ladrones. ¡¡Encima con recochineo!!