Vivir para ver...

A final de marzo de este año, el confidencial publicaba un artículo donde se veía a lo que se llega por alquilar un piso. Y también el punto al que puede llegar la gente aprovechándose de la dificultad de encontrarlo.

En los periódicos italianos a menudo pueden encontrarse anuncio en los que se ofrece una reducción en el alquiler a cambio de sexo. Y es que parece que es la última opción a la que tienen que acudir las italianas que quieren vivir en Roma, Milán o Nápoles y no pueden pagar los hasta 1.000 euros mensuales que puede costar una habitación en el centro de estas ciudades.

Basta visitar las principales webs de anuncios personales y clasificados para comprobar que la extrema carestía de la vivienda en Italia provoca la prostitución encubierta. Son sobre todo mujeres jóvenes y, especialmente estudiantes llegadas de las provincias periféricas, las que tienen que vender su cuerpo a su casero para que les reduzca o elimine el alquiler. Esta situación, conocida ya entre los círculos universitarios, ha salido a la luz con un reportaje del canal de televisión Repubblica TV, en el que se desvelan los numerosos anuncios en que, de forma directa o velada, se exige sexo para abaratar el precio de una habitación.

“Anuncio serio”, advierte de inicio un hombre napolitano de 45 años, descartando que su oferta se trate de una broma. “Ofrezco gratuitamente una habitación amueblada, independiente y con baño en un edificio señorial a una estudiante universitaria a cambio de dos prestaciones sexuales al mes”. Cuando fue contactado por los reporteros de Repubblica TV para, con una cámara oculta, conseguir más detalles de su anuncio, el hombre explicó que una chica se había adelantado y el puesto estaba ya ocupado.

Otros usuarios de las webs para buscar casa son menos directos. “Buena alianza, útil y placentera. ¿Dividimos entre dos?”, titula su oferta un hombre. “Creo ser bastante claro, en este momento estoy solo y a malas apenas consigo llegar a fin de mes. Querría ser de ayuda y ser ayudado con una buena convivencia”, escribe en el texto del anuncio, dejando luego un número de teléfono con el que poder ser contactado para “conocernos fuera de este sistema informático”.

Esta situación, producto de la escalada de precios de la vivienda en Italia, no se da sólo en este país. En la vecina Francia, según una asociación de universitarios, son al menos 40.000 las jóvenes estudiantes que se prostituyen para poder pagar sus estudios o las tasas de la universidad.

¿Y qué pasa en España?

(continuará)