lunes, julio 26, 2004
Miedo
¿Alguna vez han estado en un avión donde había un cura, una madre con niño, un enfermo, y una jovencita ligera de ropa?
Bajo el síndrome "Aterriza como puedas", parte fundamental en el acerbo cultural de mi generación, no puedes por menos de pensar: "¡¡Esto se estrella seguro!!".
Los nuevos tiempos además, traen distintos miedos y distintas maneras de pensar. Y sino, que se lo digan a Annie Jacobsen, una mujer que cogió un vuelo de Detroit a Los Angeles sin saber que iba a ser el más terrorífico de su vida.
No, los motores no fallaron. El piloto no había cogido ninguna intoxicación con el pescado de la cena (otra vez se me escapan las referencias culturales, si). Ni tampoco hubo ningún problema con la mecánica ni nadie secuestró el avión.
Pero lo que si había era un grupo de 14 árabes con vestimentas propias de su cultura. Para acabar de arreglarlo, alguno de ellos llevaba incripciones en árabe en la espalda. Nada más despegar, empezaron a hacerse gestos y a ir y volver del baño incesantemente.
Annie, que ha contado todo esto en internet, comentaba que había gente llorando y que ella no pudo menos que ponerse a rezar. Todo, como puede suponerse, no fue más que una falsa alarma: era un grupo de músicos que había sido invitado por un organismo de Los Angeles.
Sirva de muestra esto de lo que puede llegar a hacer la sugestión y del miedo que se ha instalado en nuestra sociedad durante estos dias. Ninguna compañía aerea puede prohibir a una persona que suba en el avión basándose solamente en su procedencia. Pues bien, en esa cuna de libertades que es E.E.U.U., incluso esto se está poniendo en duda.
Espero que solo sea un estado de cosas pasajero. En todo caso, una cosa si hay que reconocer: hace falta valor para viajar a Estados Unidos con la vestimenta típica del Medio Oriente. ¡¡Con la que está cayendo!!
Bajo el síndrome "Aterriza como puedas", parte fundamental en el acerbo cultural de mi generación, no puedes por menos de pensar: "¡¡Esto se estrella seguro!!".
Los nuevos tiempos además, traen distintos miedos y distintas maneras de pensar. Y sino, que se lo digan a Annie Jacobsen, una mujer que cogió un vuelo de Detroit a Los Angeles sin saber que iba a ser el más terrorífico de su vida.
No, los motores no fallaron. El piloto no había cogido ninguna intoxicación con el pescado de la cena (otra vez se me escapan las referencias culturales, si). Ni tampoco hubo ningún problema con la mecánica ni nadie secuestró el avión.
Pero lo que si había era un grupo de 14 árabes con vestimentas propias de su cultura. Para acabar de arreglarlo, alguno de ellos llevaba incripciones en árabe en la espalda. Nada más despegar, empezaron a hacerse gestos y a ir y volver del baño incesantemente.
Annie, que ha contado todo esto en internet, comentaba que había gente llorando y que ella no pudo menos que ponerse a rezar. Todo, como puede suponerse, no fue más que una falsa alarma: era un grupo de músicos que había sido invitado por un organismo de Los Angeles.
Sirva de muestra esto de lo que puede llegar a hacer la sugestión y del miedo que se ha instalado en nuestra sociedad durante estos dias. Ninguna compañía aerea puede prohibir a una persona que suba en el avión basándose solamente en su procedencia. Pues bien, en esa cuna de libertades que es E.E.U.U., incluso esto se está poniendo en duda.
Espero que solo sea un estado de cosas pasajero. En todo caso, una cosa si hay que reconocer: hace falta valor para viajar a Estados Unidos con la vestimenta típica del Medio Oriente. ¡¡Con la que está cayendo!!
