Las empresas
para recorrer el mundo con desconocidos están en auge.
Muchos terminan estrechando lazos, pero también tienen
detractores. Expertos en relaciones analizan este
ímpetu por ir a Jordania con gente aleatoria.
Pascasio Hinojosa
tiene 36 años, es de Torrejón de Ardoz, no está casado y
no tiene hijos. "A cierta edad es complicado hacer
planes con amigos", señala este madrileño. Llega un momento en
que es casi imposible coincidir: unos cambian pañales y otros no
quieren dejar de salir los jueves. Sin saber muy bien qué hacer
en sus vacaciones de verano, Pascasio dio con WeRoad, una
empresa de viajes encargada de organizar "aventuras"
entre desconocidos. Ya ha hecho más de seis viajes
con ellos —Fuerteventura, Colombia, Costa Rica, Jordania—.
"¡Esto engancha!", explica.
Pero ¿qué narices es
WeRoad? Una especie de agencia donde los aventureros no se
conocen entre ellos. "El viaje arranca cuando lo
empiezas a soñar, ese es el mood", explica
Laura Pérez, CEO de la empresa en España. Los weroaders
se apuntan a un viaje al otro lado del mundo sin tener ni
idea de con quién van a compartir los próximos 10 días. Por
ello, existen diferentes categorías de franja de edad y
diversidad de itinerarios. Todo se vende como una
inexperiencia única e irrepetible. El objetivo es
claro: conseguir la guau experience. "Queremos que
cuando estés frente a ese paisaje maravilloso, rodeada de esas
personas, digas guau, qué bien estar aquí", señalan
desde la empresa.
El modus operandi
es sencillo. El viajero-solitario bucea por la web, se
apunta al destino que más le llame la atención y un coordinador
se encarga de ponerse en contacto con él. Después, es la empresa
quien gestiona toda la aventura. Es el famoso término
wanderlust, que empezó a difundirse hace unas décadas,
aplicado a la práctica. "Olvídate de la rutina y
prepárate para salir de tu zona de confort. Momentos
y experiencias únicos que te harán recordar lo que realmente
significa vivir", versa la página web de la empresa. No se
publicita un viaje al uso, sino una vivencia excepcional. Y
muchos de los aficionados terminan estrechando lazos y mantienen
el contacto. "Justo he quedado con ellos para cenar y a veces
nos vamos de casa rural", continúa Hinojosa. "Siempre
hay alguna lagrimilla en las despedidas", matiza.
Hinojosa ha terminado
siendo coordinador de grupo, metido hasta las trancas en lo que
llaman "la comunidad We Road". Para acceder a dicho puesto, hay
que hacer un bootcamp de preparación… y el
beneficio consiste en viajar gratis organizando el cotarro, no
con un sueldo en nómina.
Pero no todo iban a
ser elogios. Este tipo de agencias también tiene firmes
detractores. Inés Fernández, una guía turística que lleva años
dedicándose al sector, explica a El Confidencial que le
denegaron el puesto de coordinadora por "no tener el mood"
y exigir que se le pagase en condiciones.
"Están todo el día hablando del mood… Le he cogido
tirria a esa palabra".
La importancia de los vínculos
Aunque los viajes en
grupo llevan décadas existiendo, el contexto sociológico actual
es bien distinto. Poner el foco en "generar recuerdos" y
"superar retos" con gente afín a ti dice mucho del modo en que
nos relacionamos. De hecho, hay quienes han dedicado su vida
académica al estudio de la amistad y las relaciones de afecto.
Ana Romero
Iribas es doctora en Filosofía y docente en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) con
diversos estudios al respecto. El caso de éxito de estas
empresas —existen otras similares como Huakai o GAdventures—
puede venir dado por varios factores: el incremento de la
sensación de soledad y la importancia de los lazos estables. "La
soledad es un tema creciente en el mundo occidental,
aunque en España las relaciones continúan siendo muy sólidas. Es
innegable que, tras la pandemia, se ha percibido más ese
sentimiento que nos abre a buscar otras maneras de
vivir que antes no nos habríamos planteado",
explica.
Esta tesis la
refrendan desde la firma. "Responde a una necesidad. Especialmente
después del covid, existe esa carencia de conectar que WeRoad
quiere paliar uniendo a personas con experiencias", señala
Pérez. Básicamente, han sabido ver el hueco. Los millennials
se hacen mayores y no todos quieren seguir el patrón de formar
una familia tradicional.
Josu Albergui, de 32
años, se enteró de todo esto por un compañero de trabajo con la
misma edad y que estaba en el mismo punto vital. "Quería
viajar, pero no tenía con quién", explica. Por ello, se puso rumbo a Colombia con un
grupo. "Vas solo y luego descubres que tienes mucho más en
común de lo que crees. Hay muy buen rollo y encuentras a mucha
gente parecida a ti". Este vasco-irlandés sigue en contacto con
sus compañeros de aventuras.
El psicoanalista y
psicólogo, profesor de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC)
y autor de ¿Bienvenido metaverso? Presencia, cuerpo y
avatares en la era digital, José Ramón Ubieto,
lee el éxito de estas empresas como un síntoma del
individualismo. "El uno solo se ha convertido
en un fenómeno creciente. Lo colectivo antes tenía
más peso, pero cada vez más aumentan los hogares unipersonales.
En Barcelona, ya están en torno al 30%. Además, las tasas de
separación han aumentado y hay más solteros después de los 30.
Hace 40 años, una entidad así no tendría tanto éxito.
A eso se suma la soledad no deseada, no todos quieren vivir de
esa forma", matiza. Por ello, los individuos buscan soluciones
como pueden. Entre ellas, irse a Jordania con gente random.
"Son una estafa"
Inés
Fernández lleva años dedicándose a recorrer el mundo
y trabajar como guía turístico, además de comunicar sobre el
sector en su propia página web. Considera que estas
empresas son un despropósito. "Mucha gente me cuenta que la
organización era un desastre. Coches desastrosos, hoteles en
malas condiciones… Normal, los coordinadores no son expertos y
no están preparados. Buscan gente jovencita que vea guay viajar
gratis, sin considerarlo un trabajo serio". Además, explica que
para trasladarse a los bootcamps de formación, y después
de costearse ella misma el traslado, le dieron una
última oportunidad: "Me dijeron que fuera con ellos a un destino
de más de 1.000 euros para ver si les gustaba mi forma de
viajar", explica a este diario.
Toda esta información
la lleva reseñando en su blog desde hace años. "Lo que no tengo
es el mood de gilipollas de estar todo el día dando
saltitos en fotos grupales agarrando un palo selfi",
escribe. "En los bootcamps, llegas a una sala y te
ponen un montón de vídeos supercool de gente saltando
por el mundo con la camiseta corporativa y luego salen en carne
y hueso algunas personas con esa camiseta a contar que en un año
se han visto todas las maravillas del mundo". Lo
refrenda a este periódico: "La gente termina harta de las
fotitos. No es serio. Para mí, este tipo de viajes son
muy importantes y no está bien que solo quieran exprimir
dinero".
Respecto a
esto, el equipo de WeRoad argumenta que "los
coordinadores no son trabajadores de WeRoad, sino empleados por
cuenta ajena que, tras un proceso de selección y otro de
formación, viajan en sus vacaciones como coordinadores de
nuestros viajes". El incentivo es "viajar gratis"
y, a veces, pueden recibir un "fee por la
coordinación". Además, explican que se llevan el beneficio de
formar parte "de nuestra comunidad", pudiendo asistir a eventos
privados y conocer a mucha gente.
La isla de las tentaciones
La intención
es unir a gente con edades e intereses parecidos. No
todos disfrutan de hacer senderismo por la montaña ni de pasar
el día en una playa. Hay destinos en todos los
continentes del planeta. Y los tipos de viajes son variados:
Beach Life, Trekking, Expedition, Safari, 360º o
Collection, estos últimos más relacionados con la
exclusividad y el confort. Y, por supuesto, también hay hueco
para el amor.
"Ligoteo hay.
Si no es con compañeros de viaje, es con los locales.
Ha habido historias de amor preciosas", señala Leticia Rivas
Ortiz, una extremeña con nombre de reina consorte que se dedica
profesionalmente a la traducción. Por su parte, Albergui invita
a ponerse en situación: "Estás en sitios paradisíacos
con gente similar a ti y todos tus amigos están
casados y con hijos. Claro que surgen el amor y los recuerdos".
Ubieto explica que
esto puede entenderse como un mini-reality sin
cámaras. "15 días allí… Es normal que surja la chispa.
Lo interesante sería saber qué pasó después", explica.
Además, refuerza lo argumentado por Iribe y la propia empresa.
La soledad no deseada "genera necesidades" y "hay siempre
empresas dispuestas a satisfacerlas". Ejemplificando que,
precisamente por esto, también surgieron aplicaciones como
"Tinder o Meeting, pero esto es más razonable"
Pasar varias noches
bajo una jaima en el desierto del Sáhara puede unir mucho, pero
las relaciones hay que cultivarlas. Iribe tiene claro que las
cosas de palacio van despacio.
"El deseo de amistad
surge rápidamente. Te vas de viaje, conectas y sientes una
intimidad inmediata. Todo esto hay que consolidarlo con
el tiempo. La admiración mutua tiende a bajar y
necesita cotidianidad. Por eso los verdaderos amigos superan la
prueba de la madurez", analiza. Esto no implica, en absoluto,
que este tipo de relaciones se limite a los amigos de la
infancia. "Nuestro mundo es maravilloso en ese sentido. Siempre
hay buenas oportunidades para hacer amigos. Además,
las redes juegan a nuestro favor. Lo importante es diferenciar
los canales: el beneficio de la presencia física es
indiscutible". Rivas Ortiz viajó a Filipinas y a Colombia con 12
personas. "Excepto uno o dos, el resto de personas
sigue formando parte de mi vida".
Hay gente para todo y
WeRoad para todos, al menos para quien se lo permita el
bolsillo.
La filosofía
de "generar recuerdos" y "superar retos" tiene un precio.
12 días en Perú, apurando las últimas plazas y
descuentos añadidos, oscila en torno a los 1.600 euros,
vuelo aparte. "Es caro", señala Josu, "pero merece la pena
porque está todo organizado", explica.
Las guau
experiences hay que pagarlas, pero si encajas con la
gente puede beneficiar tu calidad de vida. "Hay un estudio del
año 2000 de la Universidad de Yale que buscaba dónde estaba la
felicidad en una sociedad individualista y de mercado. La
respuesta siempre es cultivar relaciones íntimas y estables
con familia y amigos", explica la experta.