lunes, febrero 10, 2014

 

Unos 100.000 € por un agujero

Hace más o menos un año, en febrero de 2013, cayó en mis manos un texto de Samuel Sánchez en El País que me confirmó que NUNCA entenderé el arte moderno. O al menos lo que llaman "arte" por ahí...

En la feria "Arco" de ese año, en el espacio la galería inglesa Faggionato, una sola pìeza -ejem, ejem- ocupaba casi todo el espacio. Un tal Juan Muñoz, supongo que en pleno extasis creativo, había pergeñado (ya en 1989; nada reciente) una obra consistente en... ¡¡un agujero en la pared!! Básicamente, se trataba de una ratonera que el autor había titulado "Esperando a Tom".

Lo mejor es que la "obra" se vendió a toda velocidad, y no salió barata. Por unos 100.000€ el agraciado comprador consiguió unos maravillosos planos para hacer el boquete y un certificado del artista.

Sencillamente increíble.

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