martes, septiembre 07, 2004

 

Gran Hermano

No se hasta qué punto puede ser sorprendente, pero a mí la noticia me ha dejado de piedra.

¡¡130.000 candidatos a entrar a Gran Hermano!!
¿Cómo es posible? Si no me salen mal las cuentas, significa que una gran parte de los jóvenes ahora mismo piensa que el famoseo (por llamarlo de algún modo) puede ser una profesión.

Viendo la tele a partir de las tres de la tarde no me extraña nada.
Si eres medio espabilado (lo que no implica tener media neurona derecha y ni siquiera nociones básicas de cultura general), puedes ganarte la vida perfectamente con estas cosas.

Es fácil: te das a conocer en un concurso donde aireas tu vida -que sea verdad o invención es lo de menos-, y a partir de ahí, a las tertulias vespertinas. A gritar al vecino, que quien más grita más razón tiene. Al menos a juzgar por los decibelios desperdiciados en gilipolleces.

Como dice mi hermanita, la entrada a GH se ha convertido en una oposición.

miércoles, septiembre 01, 2004

 

La verde Irlanda (en más de un sentido)

Siempre me habían hablado de lo dura que es la ley de reciclaje en Alemania, pero nunca imaginé que el modelo fuese exportable. Y muchos menos superable.

Según el semanario dublinés Northside People, unos vecinos de una barriada dublinesa se enfrentaban a la posibilidad de hasta de diez años de prisión por no reciclar la basura. Si, si, por no separar correctamente y dar las bolsas a unos basureros informales.

Las leyes medioambientales irlandesas son durísimas, superando a las alemanas. En este último país, las multas vuelan, pero se quedan ahí. Además de que (opinión personal) el caracter germano se adecua mucho más a este tipo de cosas.

Por lo que les conviene, los irlandeses cumplen estas leyes a rajatabla. O al menos así lo parece.

Tienen la obligación, por ley, de separar la basura en distintas clases. Vease; cristal, papel y cartón, plástico, metal y residuos orgánicos. Una vez separada en bolsas de diferente color han de ponerlos en diferentes cubos.

En Alemania dicen con sorna que Los Verdes han convertido la casa de cada alemán en un basurero. En Irlanda ya han dado un paso más: es casi una planta de tratamiento.

Hay incluso un cuerpo especial de policía, la Waste Management Enforcement Unit, que se encarga de buscar a los infractores. Las multas pueden llegar hasta la cifra de 10 millones -sí, ha leído bien, millones- de euros y hasta diez años de cárcel.

Vista semejante y desproporcionada severidad sólo queda preguntarse cuál será la pena que la ley de aquel país contempla para los atracadores de bancos.

Miedo da pensarlo.

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